RESPETO: VALOR CLAVE DE LA EDUCACIÓN
"No hay nada más despreciable que el respeto basado en el miedo." Albert Camus
Educar, en cualquier situación o lugar, es un acto de respeto. Sin respeto no hay comunicación ni convivencia, o sea, no hay educación. Quizá para aquellos que confunden instrucción con educación esta afirmación no sería cierta, pero lamento decirles que están equivocados, que el respeto es la base, la esencia, de cualquier acto entre educador y educando.
Para poder educar y para poder ser educado lo primero que hay que tener es respeto por uno mismo. Ser consciente de la importancia de valorar adecuadamente la importancia de lo que se está haciendo. Los docentes deben entender que su labor va mucho más allá de la mera transmisión de conocimientos y los alumnos deben entender que la educación que reciben es realmente importante para poder desarrollarse como personas.
El respeto en la educación debe darse también entre todos los que participan de esta tarea:
- De los profesores a los alumnos y viceversa: Decía Jean Jacques Rousseau que "siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas." Es decir, el respeto se gana no se impone. Un docente que respeta a sus alumnos es aquel que sabe que debe hacer todo lo que esté en su mano para transmitir a sus alumnos aquellos valores, competencias y conocimientos que les ayudaran a dar respuesta a todos los retos que les depare el futuro. Son docentes que están en la búsqueda permanente de nuevas maneras de enseñar, que evalúan los resultados de sus enseñanzas y son capaces de modificarlas cuando estas no dan respuesta a las necesidades de sus alumnos.
Para poder ser educados, los alumnos deben entender que la labor que realizan los docentes es realmente importante para ellos, que aquello que les transmiten, que aquello que les enseñan es significativo para su vida.
- Entre los docentes: Muchas veces olvidamos de la necesidad de trabajar en equipo y de compartir con los compañeros de claustro y es fundamental para un adecuado desarrollo de la tarea, siempre difícil, de educar. Respetar a los compañeros de centro significa tener la capacidad de trabajar en equipo, intercambiar experiencias y entender la necesidad de que las puertas de las aulas estén permanentemente abiertas.
- Entre los alumnos: Si no somos capaces de conseguir que los alumnos se respeten entre ellos, somos incapaces de educarles. Ante el aumento de casos de acoso entre compañeros, o bullying, debemos ser conscientes de la importancia de transmitirles que una adecuada convivencia es básica para que se desarrollen como personas y como miembros activos de la sociedad. Es muy importante que seamos capaces de educar a nuestros alumnos en el respeto a las diferencias.
- De los profesores a las familias y viceversa: De nada sirve todo lo anterior si los profesores y las familias no se respetan y coordinan su labor educativa. En este sentido, sería conveniente utilizar los grupos de WhatsApp para cosas más productivas que criticar y desprestigiar la labor educativa de docentes y familias.
En conclusión, el respeto, como cualquier otro valor, puede enseñarse y aprenderse... seguramente es el aprendizaje más importante que pueda recibir una persona.
Educar, en cualquier situación o lugar, es un acto de respeto. Sin respeto no hay comunicación ni convivencia, o sea, no hay educación. Quizá para aquellos que confunden instrucción con educación esta afirmación no sería cierta, pero lamento decirles que están equivocados, que el respeto es la base, la esencia, de cualquier acto entre educador y educando.
Para poder educar y para poder ser educado lo primero que hay que tener es respeto por uno mismo. Ser consciente de la importancia de valorar adecuadamente la importancia de lo que se está haciendo. Los docentes deben entender que su labor va mucho más allá de la mera transmisión de conocimientos y los alumnos deben entender que la educación que reciben es realmente importante para poder desarrollarse como personas.
El respeto en la educación debe darse también entre todos los que participan de esta tarea:
- De los profesores a los alumnos y viceversa: Decía Jean Jacques Rousseau que "siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas." Es decir, el respeto se gana no se impone. Un docente que respeta a sus alumnos es aquel que sabe que debe hacer todo lo que esté en su mano para transmitir a sus alumnos aquellos valores, competencias y conocimientos que les ayudaran a dar respuesta a todos los retos que les depare el futuro. Son docentes que están en la búsqueda permanente de nuevas maneras de enseñar, que evalúan los resultados de sus enseñanzas y son capaces de modificarlas cuando estas no dan respuesta a las necesidades de sus alumnos.
Para poder ser educados, los alumnos deben entender que la labor que realizan los docentes es realmente importante para ellos, que aquello que les transmiten, que aquello que les enseñan es significativo para su vida.
- Entre los docentes: Muchas veces olvidamos de la necesidad de trabajar en equipo y de compartir con los compañeros de claustro y es fundamental para un adecuado desarrollo de la tarea, siempre difícil, de educar. Respetar a los compañeros de centro significa tener la capacidad de trabajar en equipo, intercambiar experiencias y entender la necesidad de que las puertas de las aulas estén permanentemente abiertas.
- Entre los alumnos: Si no somos capaces de conseguir que los alumnos se respeten entre ellos, somos incapaces de educarles. Ante el aumento de casos de acoso entre compañeros, o bullying, debemos ser conscientes de la importancia de transmitirles que una adecuada convivencia es básica para que se desarrollen como personas y como miembros activos de la sociedad. Es muy importante que seamos capaces de educar a nuestros alumnos en el respeto a las diferencias.
- De los profesores a las familias y viceversa: De nada sirve todo lo anterior si los profesores y las familias no se respetan y coordinan su labor educativa. En este sentido, sería conveniente utilizar los grupos de WhatsApp para cosas más productivas que criticar y desprestigiar la labor educativa de docentes y familias.
En conclusión, el respeto, como cualquier otro valor, puede enseñarse y aprenderse... seguramente es el aprendizaje más importante que pueda recibir una persona.
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